RESUMEN
Este sugestivo ambiente se halla en el corazón del milenario Spedale de santa Maria della Scala, es decir el hospital de Santa María de la Escalera , una de la màs antiguas instituciones hospitalarias en europa, asì llamado por su ubicación enfrente de la escalera de la Catedral senesa. Fundado en el siglo IX por los Canónigos del duomo, como expresión del amor de Diós hacia los pobres, esta pía institución fué ante todo un hospedaje para los muchos peregrinos de paso por el largo camino de peregrinaje, y además un lugar de acogida para los pobres en busca de limosnas y para los niños abandonados, llamados “gettatelli”, es decir “hechados”. Durante los siglos, juntos a estas finalidades, se añadieron la asistencia y la cura de los enfermos, hasta que las reglas del estatuto del siglo XIV atestiguan la presencia de un médico estable, de un cirujano y de un especiero.
Un lugar como éste , donde la fe se expresaba en el juicio del próximo, no podía no llamar a Santa Catalina que aquí venía diariamente, dando asistencia y conforto a los carentes. Ésto demuestra como la santa interpretase la caridad cristiana en manera activa y concreta: ella encarnó el rol de enfermera volontaria por excelencia, llena de amor y de inagotable energía. Provista del esenciero, del farolito y del bastón para sostenerse, actualmente visibles al interior del Santuario Casa, iba al hospital, aliviando los sufrimientos físicos y espirituales que angustiaban a los enfermos.
Durante el siglo XIV habían muchas compañias laicales y dos, entre las más importantes, fueron la de san Miguel Arcangel y la así dicha de los “disciplinati” que se instalaron en los subterráneos del hospital. Nacidas por intentos benéficos y caritatívos, transformaron una parte de éstos sitios en verdaderos oratorios que representaban lugares donde los cofrades encontraban la surgente de su amor, la gracia de diós. Aquí se paraban para rezar y se reunían para mantener las razones de su servicio.
La antigua compañia de San Miguel arcangel se hallaba en este oratorio que estás visitando y era entregada en la cura de los enfermos crónicos y en la piedad para los muertos: por eso este lugar se hallaba cerca del “carnaio”, es decir fosa, un cementerio a vorágine, visible aún hoy, donde se enterraban a los cadáveres. El mismo San Miguel Arcangel, al cual está intitulada la compañia, es el santo “psicopompo” es decir el que acompaña las almas de los muertos en el más allá.
En este lugar venía diariamente Catalina para rezar con lo cofrades y para buscar un poco de descanso durante las largas noches pasadas en el hospital Santa Maria de la Scala a lado de los enfermos en punto de muerte. Ella se retiraba en la pequeña capilla que se habre en el lado izquierdo del oratorio. Aunque ella no fuese nunca un miembro de la compañia- puesto que los miembros sólo eran hombres- en su honor y para atestiguar su unión con los cofrades y con el lugar tanto querido por ellos, el nombre de la Compañia fué cambiado con santa Catalina de la Noche, como certifican los documentos a partir del 1479.
Después del vestíbulo se entra en el oratorio verdadero. Su aspecto refleja las caracteristicas típicas de un oratorio de cofradía: es un lugar a nave única, con las paredes- a parte la del fondo- ocupadas en las partes bajas por asientos de madera del siglo XVI, en los cuales se sentaban los cofrades durante las reuniones; los asientos en la pared del ingreso estaban generalmente reservados para los miembros que gobernaban la Compañia.
Este lugar está dividido en tres naves y presenta un techo a bóvedas caraterizado por una decoración de estuco del final del Seiscientos que se hace siempre más rica en correspondencia del altar. Esta decoración encuadra una serie heterogénea de retablos de varios sujetos y de autores por la mayoría desconocidos. Son tablas y telas, y en algunos casos de fragmentos de obras perdidas, todos realizados entre los siglos XVI- XVIII: la impresión que provocan es la de una disposición en manera provisional en vista de una colocación mejor pero nunca realizada.
Los retablos, colocados largo las paredes tienen come sujeto los episodios de la vida de Cristo, de la Virgen y de Santa Catalina. La pared del ingreso presenta, respectivamente en la derecha y en la izquierda, dos telas del siglo XVII que representan una Jesús que aparece a Catalina vestido come un pobre mendigo, tema muy difundido en la iconografía de la santa, y la otra Catalina que bebe del costado de Cristo la sangre de la redencción ‘verdadero alimento’del espíritu portador de salvación y de vida eterna.
En cambio las grandes telas de las paredes laterales de la primera nave representan, en la parte izquierda el Nacimiento de Jesús y, en la parte derecha,la adoración de los Reyes magos y en la nave siguiente se pueden ver el Nacimiento y la Muerte de la Virgen, obras que remontan a una fase adelantada del siglo XVII.
La terzera y última nave vuelve a presentar dos escenas relativas a santa Catalina, ambas del Sietescientos. La de derecha representa la Decapitación de Nicolás de Tuldo, sujeto presente en la capilla dedicada a la santa en el interior de la Basílica de Santo Domingo: el episodio se refiere a lo que aconteció al buen hombre llamado Nicolás que, injustamente condenado a muerte, cayó en una profunda desesperación; en la carcel recibió la visita de catalina y sus palabras, inspiradas por la gracia divina, le confortaron hasta que se hizo llevar al patíbulo “como un docil cordero”.
La escena de la parte izquierda deja ver a Catalina enfrente del papa en Aviñón, uno de los momentos más significativos en la vida de la santa, tan importante de marcar las suertes del papado y de la Iglesia: gracias a sus exhortaciones el papa volvió a Roma, terminando la época de la cautividad aviñonesa, durada más de setenta años.
Debajo de la pintura, al través de una rejilla, es visible la pequeña celda en cuya piedra Catalina se acordaba unos momentos de descanso durante las largas noches que pasaba en el Hospital ayudando a los pobres enfermos. Para recordar ésto, la pequeña celda muestra una estatua en terracota polícroma que representa a Santa Catalina durmiente, por mucho tiempo considerada una obra del Vecchietta pero en realidad de atribuir a un artista un poco más modesto y a una epoca sucesiva, tal vez del siglo XVII.
La pared en el fondo del oratorio, que nos deja surprendidos por la abundancia de estucos, está ocupada por el altar mayor donde, de bajo de un baldaquín llevado por cuatro ángeles, los santos Domingo y Catalina adoran una pequeña Virgen con el Niño en marmol, obra de origen nórdica datada al final del Trecientos que, vista también la colocación importante al interior de este espacio, representa seguramente la imagen cultural más antigua de la Compañia.
Por último, en el espacio siguiente a la sacrístia se conserva un maravilloso tríptico a fondo de oro de Taddeo de Bartolo que representa a la Virgen con el Niño y los santos Juán Bautista y Andrea fechado del1400. En los lados hay cuatro cabeceras de ataúd que representan a Santa Catalina que protege bajo el manto cuatro cofrades, las Estigmatas de la Santa , el Descendimiento y la Resurrección de Jesús Cristo, obra de un artista senés de los primeros decenios del Quinientos deposible identificación Giacomo Pacchiarotti.
Además de la de santa Catalina de la Noche, otra importante Compañia , hallada en los subterráneos del hospital, era la de los Disciplinados. Fué constituida, con mucha probabilidad, durante el Doscientos, época durante la cual fueron emanados los primeros estatutos, pero sus orígenes legendarias se remontan a la primera Edad Media o tal vez a los tiempos de San Ansano, bautista y protector de Siena, martirizado, según la tradición, en la contigua calle del “foso” todavía dedicada al Santo. Las normas que dictaban los requisitos necesarios para la admisión y la pertenencia a la compañia, exigían una selección rígida de los ciudadanos que querian hacer parte, elegidos entre los más acreditados representantes de la clase dirigente senesa. A estos hombres se imponía, a través de reglas rígidas y particulares, un austero estilo de vida pero se le reconocía un rol de prestigio come consejero pólitico y responsable de la beneficiencia pública. Además la adopción de una insignia con la cruz y dos ‘disciplinas’ (flagelo) pegadas, indicaba la llena adhesión de los cofrades al sacrificio de Cristo y a la penitencia de los flagelantes. Durante los siglos XIII y XIV la Compañia incluyó entre sus afiliados unas personalidades de relieve del misticismo senés, como san Bernardo Tolomei y los beatos Andrea Gallerani, Pietro Petroni y Giovanni Colombini, además de un grupo de discípulos de Catalina Benincasa, del cual hacían parte Gabriello di Davino Piccolomini, Sano di Maco lanero y Stefano di Corrado Maconi. En el 1379, después del estallido del cisma de Occidente, la Santa escribió al prior y a los hermanos de la Compañia para exhortarlos en apoyar la causa del papa Urbano VI contra el antipapa Clemente VII no sólo ‘espiritualmente’ rezando, sino también ‘temporalmente’ utilizando toda su influencia para convencer el gobierno senés para dar apoyo al ‘verdadero vicario de Cristo’. Al prinicipio del siglo XV, antés de entrar en la orden franciscana, perteneció a la cofradía el joven Bernardino de los Albizzeschi, que maduró su vocación entregándose en el asistencia a los enfermos de peste refugiados en el vecino hospital.
Durante le época de la Contrarreforma la Compañia fué lugar de culto oficiado con frecuencia y regularidad por cinco capellanes asì como cinco eran los altares del oratorio, mientras que los cofrades se distinguían por las obras de caridad en favor de los pobres, de los prisioneros y del sitios misericordiosos más carentes. El patrimonio también creció gracias a las muchas donaciones para la salvación del alma que fueron realizados entre los siglos XVI y XVIII por distintos exponentes del patriaciado senés asì que en cuando el 1783 fué decidido un pagamento fiscal extraordinario para ayudar la reforma de la Universidad de Siena, la Compañia fué tasada como la institución más rica entre todos los lugares misericordiosos de entonces. Dos años después el gobierno granducal decretó la eliminación de las confradías laicales de la Toscana pero salvó el patrimonio de la Compañia porquè fuè laicizada y transformada en “Sociedad de ejecutores de misericordiosas disposiciones”. Esta institución, desde hace más de dos siglos hasta hoy ha continuado a desempeñar sus importantes funciones de caracter social-económico en siena y en el territorio de su antiguo estado.
Los muchos salones de la Sociedad, hallados cerca del oratorio de la Compañia de santa Catalina de la Noche cuidan un remarcable patrimonio historico- artístico que ha sido enriquecido en los últimos años gracias al descubrimiento de un interesante ciclo de frescos de inicios del Trescientos representano una Tebaide, salido a la luz largo la escalera que lleva a la sede de la Sociedad. Entre las obras salta a la vista la maravillosa Cruz de madera hallada en el altar izquierdo del oratorio que según la tradición convenció a San Bernardino a tomar los hábitos franciscanos